que parecía reírse en la habitación,
se acercaba y se alejaba una sensación
que mezclaba en mis instintos una ciega sed.
Miré cansado por el ventanuco abierto
y recogí mi pensamiento en otro lado;
entonces supe que te habías alejado,
tan lejos y sola, tan rauda como el viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario